El 55% de las personas que se van por decisión propia de una empresa en las 3 principales urbes industriales del país, Estado de México, Guadalajara y Nuevo León), se debe principalmente a la mala relación ó falta de comunicación efectiva entre el empleado y su jefe directo, según estadísticas nacionales citadas por el consultor del Centro Integral de Mejoras Aplicadas (CMA Consultores), Alberto Chávez durante su exposición virtual con empresas afiliadas a la Asociación de Industriales de El Salto (AISAC).
“El principal aspecto que origina la alta rotación del factor humano en una empresa, es la mala relación personal que tiene el empleado con su jefe directo, ya que muchas veces olvidamos al contratar personal, que la lealtad y el compromiso de una persona, aunados a la gran complejidad de la mente humana, requieren no solo de un ingreso económico competitivo, sino también del salario emocional que le brinda la organización” expresó Chávez.
Agregó que “no debemos olvidar que el trabajador busca no solo cubrir sus necesidades económicas, sino también requiere satisfacer sus expectativas personales (tanto emocionales, como de crecimiento profesional y social), al ingresar a una organización productiva y/o comercial, siendo que en su trato diario con compañeros, colaboradores y superiores jerárquicos, empiezan a manifestarse sus valores, afectos, antipatías, expectativas y sus deseos de superación, y con ellos se desarrolla su sentido de pertenencia y su nivel de compromiso hacia la empresa”.
“La mayoría de las personas durante su jornada laboral, se manejan en función a su estado de ánimo, a sus motivaciones internas y en base al nivel de capacitación, apoyo y motivación que le brinda su jefe directo ”, expresó Chávez, tras señalar la importancia de desarrollar una comunicación efectiva en las organizaciones.
Así mismo, Chávez comparó con un Iceberg el comportamiento organizacional de una empresa, en el cual, su parte visible (sistema abierto y racional de la empresa), se integra por la estructura organizacional, sus metas y objetivos, funciones y responsabilidades, normativas a cumplir, su tecnología y sus recursos; mientras que la parte sumergida del Iceberg se asemeja al sistema oculto emocional de la empresa, formado por el personal y sus necesidades emocionales, su esquema de comunicación, sus motivaciones, valores, liderazgo y su deseo o negativa de integrarse y trabajar en equipo.
Añadió que cuando ambas partes del Iceberg se consolidan, la empresa generalmente logra sus resultados, alcanza sus ventas y la rentabilidad deseada, al mismo tiempo que la gente genera lealtad, satisfacción y compromiso con la compañía.
Chávez explicó que para lograr una comunicación efectiva es importante también tomar en cuenta la naturaleza cambiante de las organizaciones hoy en dia, lo que reclama una visión y sentido de trascendencia generacional de su equipo directivo, comunicación asertiva e inspiracional, el enfoque estratégico de sus líderes, quienes deben actuar también como coaches personales, fungiendo como verdaderos agentes de cambio para crear espíritu de equipo en la gente y con todo ésto, generar condiciones motivantes y sentido de pertenencia en el personal, desarrollándose un alto nivel de competitividad en la empresa.
Así mismo, estableció el ponente, que los colaboradores en las empresas deben tener en perspectiva no sólo los temas de urgencia dentro de la organización (entregas atrasadas al cliente, reportes, control de gastos, etc.), sino también enfocarse a lo importante (su capacitación y desarrollo, su salud, tiempo para su familia, tiempo para ejercitarse, meditar, etc), pero para ello se requiere de una adecuada administración del tiempo, a través de una planeación y organización semanal, la cual le permita construir relaciones sólidas, capacitarse y promover una cultura organizacional proactiva, sana y motivante.
El especialista agregó que, el manejo adecuado de las emociones es fundamental para que la comunicación sea asertiva en un equipo de trabajo, como ejemplo citó que la frustración por tropiezos que se llegan a tener por diferentes causas en la empresa, tiene dos formas de canalizarse en el individuo, la primera es de manera constructiva ya que le permite realizar un análisis de la situación, revisar que se pudo haber hecho mejor, enfocarse en el aprendizaje que se tuvo y con todo ello, no solo cambiar temporalmente, sino transformar definitivamente su forma de actuar, mientras que si se maneja esa frustración de forma destructiva, genera culpas, pleitos, malestar, resentimiento, miedo, baja autoestima y hasta depresión.