Abordando los beneficios y desafíos que enfrentan las organizaciones al medir el impacto de la formación del personal, la Gerente de Recursos Humanos de la empresa del ramo metal-mecánico IDAMEX Elsa Munguía Palomar impartió de forma virtual el “Retorno de Inversión en la Capacitación” como parte de los trabajos del Comité de Capacitación.
Con la presencia virtual de 37 empresa afiliadas a la Aisac, Palomar explicó cómo el ROI en capacitación se convierte en una herramienta clave para justificar las inversiones y mejorar continuamente los programas de formación.
“Nos permite proporcionar datos concretos que demuestran el valor o la necesidad de la capacitación, facilitando la aprobación de proyectos dentro de la empresa”, señaló.
Entre los puntos destacados, subrayó cinco áreas clave donde la medición del ROI es fundamental:
- Justificación de la inversión: Los datos tangibles facilitan la aprobación de los proyectos de capacitación.
- Mejora continua: El análisis de resultados permite ajustar y optimizar los programas de formación.
- Alineación con los objetivos empresariales: Garantiza que la capacitación esté vinculada directamente a las metas estratégicas de la organización.
- Optimización de recursos: Evita inversiones en programas que no generan un retorno positivo.
- Motivación y compromiso: Los empleados valoran más la formación cuando ven resultados claros en su desempeño.
Palomar advirtió sobre las consecuencias negativas de no implementar una evaluación del ROI en la capacitación. Desde una mala asignación de recursos hasta la falta de mejora continua, pasando por la desconexión con los objetivos empresariales y la desmotivación de los colaboradores, quienes podrían perder interés si no perciben beneficios claros para su desempeño.
Recomendó realizar un diagnóstico de necesidades de capacitación (DNC) consciente, que tenga un impacto real en la organización. Esto implica colaborar con los gerentes y responsables de área para definir claramente los objetivos de la capacitación y las herramientas para medir su efectividad, ya sea a través de porcentajes, evaluaciones de clientes o mejoras en productividad.
También Palomar destacó las dos metodologías más utilizadas en la medición del ROI:
- Metodología de Kirkpatrick, que evalúa la capacitación en cuatro niveles: reacción, aprendizaje, comportamiento y resultados.
- Ciclo de medición: Inicia con la identificación de indicadores clave de desempeño (KPIs), el establecimiento de una línea base previa a la capacitación, la medición posterior y el análisis de los resultados.
Así mismo, enfatizó la importancia de medir los KPIs antes y después de la capacitación para analizar los resultados y determinar si el ROI es positivo o negativo. De esta manera, las empresas pueden asegurarse de que sus programas de capacitación están alineados con sus objetivos estratégicos, mejorando la productividad y el compromiso de los empleados.